Joaquín Zabalza nació el 16 de agosto de 1932. En su familia
se respiraba música por los cuatro costados. Su padre, Cándido, fue secretario
de la Coral de Cámara, en la que Mari Eva, hermana de Joaquín, fue solista y
realizó giras internacionales, que incluyeron países como Argentina, Uruguay,
Estados Unidos, etc., antes de que lo hicieran Los Iruña´ko. Joaquín fue un
alumno brillante de la Academia de Música (donde se estudiaba hasta que se
abrió el Conservatorio). Formó parte de la Rondalla de Aoiz, y, al igual que
Alberto, de la primera tuna de Navarra y, posteriormente, del Trío Iberia. La
trayectoria en ambos era idéntica por la gran amistad que les unía y que se
prolongó durante toda la vida. ¡Hasta se casaron el mismo día en una ceremonia
conjunta! Era empleado de banca y dejó su trabajo para viajar a América. Ya
estaba casado con Maite Díez y tenía una hija, Isabel. Después vendrían otros
cuatro: Jokin, Eva, Teresa y Amaia. Era tenor segundo, y tocaba la guitarra, el
bajo y la pandereta, además de hacer los arreglos. No obstante, sabía tocar más
de una decena de instrumentos, entre ellos el violín, la flauta, el laud o la
bandurria.
Joaquín vivió la música con una pasión excepcional. Siempre
demostró una gran capacidad de trabajo. Era el director musical, dirigía los
ensayos y hacía los arreglos de voces. Era la trastienda del grupo y se
preocupaba de que en el momento de saltar al escenario estuviera controlado
hasta el último detalle. A esa labor unió la de recopilar artículos de
periódicos, discos, fotos, premios...; en definitiva, todo aquello que tuvo que
ver con Los Iruña´ko.
Sus compañeros le llamaban “El Flaco”, un apodo que se ganó
a pulso durante su estancia en América, ya que no le gustaba casi nada de lo
que le daban para comer. Además, tuvo durante toda su vida terror a montar en
avión. Por eso Los Iruña´ko siempre que podían viajaban en coche. Y cuando se
veían obligados a hacerlo en avión, Joaquín se tomaba alguna copa para ser
capaz de subirse.
Tres años después de la disolución del quinteto navarro creó
un grupo para presentarse al VIII Festival Hispano-Portugués de la Canción. Y
ganaron. El trío Los Ibéricos, formado por Mari Tere Solchaga -hermana de la
esposa de Alberto Huarte-, José Luis Buil y el propio Joaquín, obtuvo el primer
premio en el Festival del Duero celebrado en agosto en el Palacio de Cristal de
Oporto, en Portugal. La canción Lisboa es así, con letra de Francisco Martín
Luna, logró el galardón.
Tras la disolución de Los Iruña´ko, Joaquín Zabalza siguió
durante toda su vida dedicándose a la música. Obtuvo el título de profesor de
guitarra en el Conservatorio Pablo Sarasate, y se dedicó a una actividad por la
que sería muy conocido en Pamplona: impartir clases de guitarra en la coqueta
buhardilla de la calle Mayor 54, por la que pasaron más de dos mil alumnos. A
lo largo de su vida se dedicó también a preparar conjuntos instrumentales como
Guitarras Mágicas, un grupo formado por los alumnos más destacados que pasaban
por sus manos, que ha grabado tres discos y ofrecido un centenar de conciertos
por toda la geografía navarra. Además ejerció de compositor y arreglista para
grupos como Navarrerías o Los Compadres, entre otros muchos, y fue auroro.
Murió el 11 de marzo de 2005, a los 72 años, después de dos
años y medio de lucha contra el cáncer. En los Sanfermines de ese año, la
procesión del Santo se detuvo frente a su domicilio. Allí, Mari Cruz Corral
rindió un homenaje a Joaquín Zabalza con la jota Qué hizo a San Fermín llorar.
Lloraron de emoción Los Iruña’ko, sus familiares, amigos y parte del público.
Su amor y su dedicación a la música han sido heredados por
sus hijos, tres de los cuales (Jokin, Teresa y Amaia) ejercen de profesores en
el Conservatorio Pablo Sarasate. Su mujer, Maite, falleció unos días después,
el 26 de abril de 2005.
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